jueves, 18 de octubre de 2018




Evaluación del contenido del Test

A la hora de valorar el contenido del relato, el propio creador del test consideraba que había que tener en cuenta seis aspectos principales.
El héroe o protagonista de la historia es uno de dichos elementos. En aquellas láminas con más de un personaje, es el sujeto con el cual el paciente se identifica y en el cual centra la historia. Generalmente es el que tiene mayor parecido con el paciente en sí. Hay que tener en cuenta que las láminas en sí no marcan claramente la existencia de un individuo principal, siendo el sujeto quien lo escoge. Asimismo, se observa si el paciente escoge a un solo protagonista o este va cambiando a lo largo del discurso o si escoge a un grupo, animal u objeto como tal.
También se ha de valorar la existencia de diferentes cualidades en dicho protagonista y el rol que tiene en la narración (es bueno/malo, activo/pasivo, fuerte/débil...). El con quién se identifique y como sea dicho personaje nos informa del auto concepto del paciente analizado.
Otro de los puntos a remarcar, vinculado al anterior, es la motivación y las necesidades del héroe. Cómo se siente o qué quiere o le motiva internamente a actuar como lo hace. Proteger a seres queridos, odio o amor, o lo que le hagan sentir los sucesos son parte de este aspecto. También se asocia a los propios objetivos y metas.
El tercer punto clave son las presiones a las que se ve sometido, o lo que le sucede al sujeto y que puede marcar su modo de actuar. Aquí es posible valorar posibles preocupaciones o situaciones estresantes o traumáticas que estén afectando a la vida del paciente.
El ambiente es el cuarto de los principales aspectos a valorar. El paciente debe interpretar no solo al héroe y lo que le ocurre sino valorar la situación en que se encuentra. El entorno y la relación con los demás personajes, o cómo son estos personajes o los roles que cumplen (son familia, pareja, amigos, enemigos, amenazas, meros testigos…), son grandes ejemplos. Puede informar del modo de relacionarse con el entorno y la percepción de éste por parte del paciente.
El quinto de los elementos a valorar es el propio desarrollo de la historia. Como se suceden los acontecimientos, cómo se inician y cómo culminan. Ello, por cierto, puede relacionarse con las expectativas reales del paciente respecto a su propia autoeficacia y con su estado de ánimo.
El último, pero no menos importante punto de análisis es la temática de la historia, las cuales tienden a estar vinculadas a las preocupaciones e inquietudes del paciente. Por ejemplo, alguien deprimido y/o con ideas suicidas va a tender a reproducir elementos vinculados a la muerte, o alguien obsesionado con la limpieza y los gérmenes con enfermedades.


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